Por Alejandro Villegas…
La promesa del ciudadano presidente de investigar actos de corrupción, en los fideicomisos desaparecidos, y presentar las denuncias correspondientes, resulta contradictoria. Primero se debió investigar y luego extinguir.
Pero no fue así. La urgencia de hacerse de los recursos asignados a los fideicomisos llevó, al ciudadano presidente y su séquito legislativo, a invertir el orden de lo deseado.
Los tres meses de plazo que se dio el ciudadano presidente para tratar de presentar resultados, hoy resultan por decir lo menos inútiles. Y se traducen en un ejercicio que sólo busca justificar, a todo pasado, una decisión más que concretada.
Sólo falta que en verdad se encuentren casos de corrupción, pero que hagan las indagatorias con calma, y de manera apresurada para tratar de tapar culpas y señalamientos inherentes a la 4T.
Este es uno de los casos en los que, si bien el fin justifica los medios, no siempre el método utilizado es el más ético y conveniente.
De cualquier forma, la voracidad económica de la 4T quedó exhibida.
Ingresos
Los ajustes a los impuestos contemplados en la Ley de Ingresos 2021, impactarán lo quieran aceptar o no los legisladores, la economía familiar e individual, de ello no hay duda.
Si bien es necesario que el gobierno recaude recursos, la realidad es que serán los contribuyentes quienes como siempre carguen con el paquete, en esta ocasión en un panorama por demás complicado.
Ello, sobretodo porque algunos parámetros como el precio del petróleo, la paridad peso dólar y el nivel de recaudación dependen de factores que no pueden controlar ni los legisladores, ni el ciudadano presidente.