Por Alejandro Villegas..
Las tres reformas constitucionales de energía eléctrica, electoral y de seguridad, relacionada con la Guardia Nacional, de entrada, pondrán a prueba la capacidad de resiliencia y negociación del ciudadano presidente.
Ahora que ni sumando a sus incondicionales tendrá mayoría calificada en la Cámara de Diputados, llegó la hora de negociar y ceder posiciones, convencer en lugar de avasallar.
La operación mayoriteo, no podrá ponerse en práctica de nueva cuenta, al menos en la próxima Legislatura.
La instrucción de aprobar todo sin cambiarle una coma, difícilmente podrá emitirse desde Palacio Nacional.
En consecuencia, el ciudadano presidente a través de Mario Delgado deberá poner atención en la selección de quien coordinará la labor de los legisladores morenistas en San Lázaro.
Quién apueste a que con la mayoría en casi 20 congresos se tiene garantía de la aprobación de las reformas constitucionales, pretende olvidar que se requiere de la mayoría calificada para aprobar esas iniciativas en San Lázaro y eso no será una tarea sencilla.
Por lo tanto, las reformas anunciadas por e ciudadano presidente, si se lleva a cabo una mala negociación, estarán destinadas a la congeladora o bien a aprobarse sin los cambios de fondo que se propongan.
Línea 12
La apreciación del ciudadano presidente en torno a la búsqueda de un eventual enfrentamiento entre la ciudadana Jefa de Gobierno de la CDMX y el ciudadano canciller es innecesaria.
El enfrentamiento, en la carrera sucesoria, existe de manera natural con o sin colapso de la Línea 12. Y no dejará de existir porque así lo manifieste el ciudadano presidente.
SCJN
Mal hace el ciudadano presidente en tratar de exhibir a los máximos togados de país, como poco proclives a la democracia, en su afán de impulsar la aprobación de la prolongación de mandato del ministro presidente.
Con su actitud lo único que pone en evidencia es su falta de respeto hacia los integrantes del Poder Judicial, que lo quiera aceptar o no gozan de independencia y están lejos de ser seducidos con los argumentos que utiliza con el pueblo bueno.