Por Alejandro Villegas…
Puedo ser responsable pero culpable. Con ese argumento, el ciudadano presidente pretendió deslindarse del asesinato del candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Cajeme, Sonora.
Y con ello dar vuelta a la página y desestimar de cara al pueblo bueno, los señalamientos de los dirigentes de Movimiento Ciudadano que alcanzaron, no sólo a él, sino a los tres niveles de gobierno.
Pero al presentar ese argumento, el ciudadano presidente también arrojó luz sobre las acusaciones que durante sus largos años de campaña se lanzaron contra sus antecesores e integrantes de sus respectivos gabinetes.
Los indiciados, tanto en el plano social como en el judicial, pueden ser responsables, pero no culpables de los hechos que se les imputan.
Pero también abre la puerta al cuestionamiento, en el plano jurídico, sobre la diferencia entre culpabilidad y responsabilidad. Y por supuesto, la penalidad que más allá de la condena y el descrédito social les correspondería.
A la luz del señalamiento del ciudadano presidente, por ejemplo, la ciudadana Rosario Robles puede ser responsable de la afamada estafa maestra pero no culpable.
Por supuesto que Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum e incluso Miguel Ángel Mancera podrían ser responsables, pero no culpables del colapso de la Línea 12 del Metro.
Al igual que guardadas las debidas proporciones el ciudadano Enrique Peña Nieto podría ser responsable, pero no culpable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
En concreto, la expresión del ciudadano presidente dará mucho de que hablar y sin duda, hará reflexionar a más de un ciudadano.
Vacunación
Con poco más del 10 por ciento de la población con el esquema completo de vacunación contra COVID-19, el semáforo epidemiológico se modificó sustancialmente.
Al parecer la cercanía de la jornada electoral ha obrado el milagro y el escenario comienza a ser proyectado con una clara diferencia.
El mensaje para el pueblo bueno es más que obvio, México ha comenzado a superar la pandemia.
Lástima que, en los hechos, la situación no se perciba de la misma manera, sobretodo para los deudos de los casi 220 mil muertos por COVID-19.
El pueblo bueno puede acudir a las urnas y refrendar su confianza, con el voto, a la 4T, o al menos eso es lo que a todas luces se pretende.