Bien y de buenas sigue el ciudadano presidente por lo que hace a su relación con el Poder Judicial. Sin duda hay motivos de sobra, a partir de que la renuncia del Magistrado Eduardo Medina Mora, le abre la posibilidad de contar con otro elemento afín, al interior del máximo tribunal del país.
Aunque, como diría un clásico, “haiga sido, como haiga sido”, lo malo es que de nueva cuenta el ciudadano presidente plantee un supuesto que, en lo inmediato, no pudo sostener, al señalar que suponía que la renuncia de Medina Mora tenía como objetivo atender diversas denuncias que se habrían presentado ante la Fiscalía General de la República.
Evidentemente, a partir del diferendo que Medina Mora hizo público con “El Universal” por la difusión de información sobre depósitos en el extranjero que no coincidirían con sus ingresos, se puede suponer que habría alguna indagatoria en su contra quizá por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera o bien que realizará las acciones conducentes, desde el plano personal, para ejercer plenamente el derecho de réplica, y hacer que el contenido de la misiva que dirigió a sus compañeros magistrados para esclarecer el tema, se difunda, al tiempo que sirva como una suerte de exoneración pública.
Pero, de ahí a dar como verdadera una de esas variantes, como lo hizo el ciudadano presidente, para minutos después, en la misma conferencia de prensa señalar que no tiene elementos para sustentarlo, hay una enorme distancia.
Derechos Humanos
La elección del próximo presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a realizarse en el corto plazo, permitirá apreciar sin duda, el arribo de un personaje más identificado con la filosofía, causas y propósitos de la 4T, que sin duda no se percibe en este momento, en la figura de Luis Raúl González que justo es decirlo, no ha variado el tono de su discurso y desempeño a pesar del cambio de administración en el Gobierno federal.
Y con ello, podría quedar en entredicho, el rol de independencia y crítico del desempeño de las instituciones que han caracterizado a la CNDH, a lo largo de su historia.
El velo comenzará a correrse en los próximos días cuando se inscriban los interesados en presidir ese organismo de vital importancia, para el desarrollo de la vida democrática nacional.
Evidentemente que, en la definición, al más puro estilo priista, tendrá un peso fundamental el dedo presidencial.