Por Alex Villegas..
La colectividad vive una etapa de tensión por el coronavirus que se agrava con el registro del primer deceso por la pandemia en el país.
En tanto, el ciudadano presidente y su séquito tratan de mantener la calma y proyectar una imagen de seguridad, alejada de la realidad que percibe la ciudadanía.
El ciudadano presidente ni siquiera se inmuta ante el anuncio de Donald Trump, en el sentido de que podría cerrar parcialmente la frontera con México, al igual que en Canadá. Mantiene su postura de respeto.
Y con esa indiferencia, proyecta de nueva cuenta la importancia que su administración concede a la pandemia.
Mientras tanto, la actividad comercial y el suministro de alimentos comienzan a ubicarse como elementos de interés para la colectividad.
La distancia social y la cuarentena aparecen como elementos obligados, sin embargo, no hay que perder de vista que no toda la población puede dejar de laborar, y es indispensable acudir a centros comerciales, mercados y tiendas para abastecerse de alimentos.
La actividad social no se puede paralizar por completo y de ello debería estar consciente el ciudadano presidente para tomar medidas específicas en coordinación con el sector empresarial y el ala comercial, en lugar de recurrir a la protección emanada del culto, para tratar de restar importancia al caso.
Migración
El cierre de fronteras que han adoptado naciones europeas e incluso Estados Unidos, guardadas las debidas proporciones, más temprano que tarde tendrá que ser aplicado por México para reducir el riesgo de un contagio mayor de coronavirus.
Y ello, de nueva cuenta, colocará el tema de la migración en el centro de la atención pública.
El ciudadano presidente podrá endurecer las medidas de manera natural, alejado de todo cuestionamiento, pero lo verdaderamente importante es que la migración a nivel global se verá afectada. De ello no hay duda.