Por Alejandro Villegas…
El envío de vacunas a México en el marco de una relación de amistad y cooperación con Estados Unidos, debe ser explicado con calma por el ciudadano presidente y de no forma escueta como pretende hacerlo, para darle vuelta a la página.
En primera instancia, debe quedar claro si se trata de un obsequio, venta o préstamo de vacunas que no fueron aplicadas en Estados Unidos, de forma general. Y si están en buen estado.
Posteriormente, establecer con claridad cuáles fueron los compromisos adquiridos, para dejar atrás las versiones de vacuna a cambio de endurecimiento en el control migratorio que se difunden en medios estadounidenses.
Sin duda, el arribo de vacunas debe ser bien visto, porque contribuye a inocular a un mayor número de ciudadanos, pero es necesario que haya claridad en los términos en que se realizó la operación.
En este caso, el ciudadano presidente debe llevar al terreno de la práctica el discurso sobre transparencia que enarbola como una de las banderas de su gestión.
En caso contrario, el sospechosismo estará presente de manera inevitable.
Cuestionamiento
No cabe duda, Carlos Loret de Mola se ha convertido en el villano favorito de los medios para el ciudadano presidente y por tanto en un adversario al que no duda en denostar de manera abierta, a la menor provocación.
En el caso más reciente, sobre los préstamos que otorgó el Bancomext, a Epigmenio Ibarra, el tema central es si se otorgaron o no los préstamos, como lo señaló Loret.
Como lo aconseja el ciudadano presidente, no se trata de enojarse o inquietarse, solo de establecer si la información difundida es veraz o no.
Lo demás, por más que lo aderece con todo tipo de calificativos y descalificaciones, sale sobrando.
Y, si en el plano legal, hay alguna falta, no tiene más que acudir a la justicia y denunciarlo, así de simple. Que no se enoje.