Por Alejandro Villegas..
La adquisición de 34.4 millones de dosis de la vacuna contra COVID-19, que anunció el ciudadano presidente palidece ante una población nacional superior a los 130 millones.
Esa es la realidad, en principio, no existe obstáculo alguno puesto que ante el aval presidencial la Cofepris no dudará en aprobar vía fast track, la importación y aplicación de la vacuna.
Tampoco lo es el contrato de compra que en lo inmediato fue suscrito por el secretario de salud, mucho menos el plan de aplicación de la vacuna cuya presentación pospuso el ciudadano presidente para el martes próximo.
Lo pernicioso es que no se hable con claridad y se pretenda proyectar la idea de que todo está resuelto, que el uso del cubrebocas, no es necesario, como lo refirió el ciudadano presidente endosando la responsabilidad de esa posición al ciudadano subsecretario López Gatell.
Difícilmente la vacuna llegará al país y se comenzará aplicar antes de que comience 2021, y tardará al menos un año para que toda la población quede vacunada, además de que la aplicación de la vacuna, está lejos de garantizar que se erradicará al COVID-19 de manera definitiva.
Lo que hasta ahora hace el ciudadano presidente, junto con sus principales colaboradores, es tratar de usar mediáticamente el tema para incrementar su índice de aceptación y aprobación ciudadana.
Respaldo
Sería más que interesante conocer a fondo los detalles del ejercicio de levantamiento de opinión que enarboló orgulloso el ciudadano presidente para sostener que cuenta con el apoyo mayoritario de la población.
Sobretodo para saber si cuenta con los elementos técnicos necesarios, como los ejercicios de las casas encuestadoras para otorgarles un grado de credibilidad.
Ni modo que la Secretaría de Gobernación, como parte de la 4T cuente con un certificado de imparcialidad sólido.