POLÍTICA DE FONDO
Por Alex Villegas..
El dolor y frustración de los padres y familiares de los 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos, desaparecidos hace 5 años es equiparable a los que en su momento sufrieron familiares de las víctimas de la guerra sucia, como Rosario Ibarra de Piedra, la masacre de Tlatelolco o el jueves de Corpus. Se trata de acciones socialmente reprobadas y condenadas, que tienen como lugar común la búsqueda de una verdad que no termina de llegar.
Un clamor individual y grupal que se traduce en un reclamo nacional, y hasta en una bandera política, pero que pese al tiempo y todo lo realizado no es satisfecho.
En este punto, el compromiso presidencial de que en el corto plazo se presenten resultados concretos, por más positivismo que se quiera proyectar, difícilmente tendrá la conclusión que anhelan los padres y familiares de los normalistas desaparecidos, porque tienen propósitos distintos. Unos los quieren de vuelta con vida y otros solo buscan explotarlos, como un tema redituable en términos políticos.
A lo más que se llegará será a la revisión de las indagatorias realizadas y, en su caso, al fincamiento de responsabilidades incluso para autoridades y funcionarios de la pasada administración, pero hay que ser claros, los 43 tuvieron un destino incierto del que difícilmente retornarán.
El dolor de los padres y familiares, en el fondo se recrudece por no tener una tumba a la cual acudir, pero primordialmente por no contar con responsables directos debidamente identificados, purgando una condena por la muerte de los estudiantes.
Pero hay que ser claros, si bien la responsabilidad por el desarrollo de las investigaciones recayó, como tenía que ser ante la obligada atracción del caso, en el gobierno federal, la primordial responsabilidad radica en las autoridades municipales de Iguala, y en su caso en las de Guerrero.
Lo acontecido durante la noche del 26 de septiembre de 2014, ha sido ampliamente documentado desde diversas vertientes, así como la lucha de padres, familiares y compañeros de los normalistas desaparecidos, sin embargo, la anhelada verdad no termina por llegar y convencer a los afectados.
Evidentemente más allá de la solidaridad y los dividendos en materia de imagen y efectismo, el compromiso presidencial por más que se porten camisetas conmemorativas y se anticipe la pronta presentación de resultados, está muy lejos de satisfacer a los afectados, quienes con el paso del tiempo y el desarrollo de los trabajos, que hasta el momento parecen avalar, terminarán por concluir que la verdad que buscan y sus intereses como grupo, están muy alejados de los del ciudadano presidente y su séquito, quienes los ven más como un movimiento políticamente redituable que como un tema en el que debe imperar la justicia.
Educación
Satisfechos desde el Legislativo los anhelos de la Coordinadora magisterial, la alianza entre ese grupo y el ciudadano presidente se fortalecen, en tanto que el fortalecimiento de la calidad educativa queda en entredicho.
Corrección
La inmediata respuesta del ex ministro José Ramón Cossío a los señalamientos del ciudadano presidente, dejó en claro que desde Palacio Nacional no todo es tan claro, ni transparente como pudiera esperarse, por parte de quien tiene como premisa, no mentir, ni engañar.
Es claro que si como lo señala el ciudadano presidente su pecho no es bodega, por su alta investidura al menos se debe tener cuidado y hacer señalamientos de manera responsable.
Ante la corrección, inmediata, la ligereza verbal del ciudadano presidente quedó exhibida.