Por Ricardo Burgos Orozco…
¿Con cuántas cosas, sucesos o situaciones nos hemos encontrado en nuestros viajes diarios en el Metro? Hay gente que no puede creer lo que ocurre. Sucede muy seguido cuando publico mis historias; incluso varios amigos míos se han mostrado incrédulos por algunas de mis narraciones.
La Revista Chilango publicó el pasado 10 de abril una serie de incidentes, acontecimientos y anécdotas que han sucedido en el Metro en los últimos meses. Por supuesto, destacan historias inverosímiles muy difíciles de creer.
El pasado 29 de marzo una lancha se incrustó en la malla ciclónica entre dos estaciones de la Línea B, que transita de Guerrero a Ciudad Azteca. El vehículo extraño no estaba sobre las vías, pero sí obstruía el paso de los trenes. Nadie supo cómo llegó ahí, pero las autoridades sospechan que algún conductor ebrio lo remolcaba con su auto, perdió el control y quedó anclado en ese lugar.
Un día de septiembre de 2019 una cuchara de plástico impedía el cierre de las puertas en uno de los trenes de la Línea 8, de Garibaldi – Lagunilla a UAM 1. Durante varios minutos los vigilantes estuvieron buscando la razón por la cual no cerraban los accesos porque recuerden que los vagones no pueden avanzar así a menos que haya un desperfecto. Por fin, localizaron la cuchara de plástico y la macha continúo sin problemas.
En la estación San Cosme, de la Línea 2 de Taxqueña a Cuatro Caminos, el personal de seguridad tuvo que acudir al rescate de una dama el 5 de marzo ya que se le había caído una cafetera con todo y empaque. Hubo que cortar la energía por unos minutos, retrasar el avance de los trenes, rescatar el objeto y dejar tranquila a la señora.
Otra ocasión en 2019 otra dama pidió auxilió en uno de los andenes de la estación Martín Carrera, de la Línea 6 que va de El Rosario a Basílica. En esta ocasión, los vigilantes no podían creer que a la gentil señora se le cayó un zapato, no sabe cómo y pedía su rescate. Ocurrió lo mismo, tuvieron que bloquear el suministro de voltaje, bajar y rescatar su accesorio.
Lo mismo ha sucedido que caen a las vías energizadas: un globo metálico en la estación Chabacano de la Línea 9 de Pantitlán a Tacubaya, el 10 de febrero de 2020; un reloj y unos audífonos el año pasado, aunque la Revista Chilango no menciona donde ocurrieron estos dos incidentes.
Por supuesto, no han faltado los rescates de animales, principalmente perros y gatos, pero el 11 de julio de 2019 el personal sacó de entre la zona de vías en Pantitlán a un guajolote bebé ¿Cómo llegó ahí? Nadie sabe. En diciembre de 2017 una mujer arriesgó su vida al bajar a las vías por su bolso de mano, que se le había caído en la estación Candelaria.
Alguna ocasión me tocó ver a una chica, no mal vestida por cierto, subir a uno de los vagones en Eugenia. Empezó a limpiar las ventanillas con un trapo que traía, no pedía nada y salió en la siguiente estación. También vi otra vez a un grupo musical tocando hasta con trompeta en la estación Zócalo de la Línea 2 y un hombre con atuendo tradicional azteca con un penacho enorme que apenas cabía en el vagón en Deportivo 18 de Marzo de la Línea 3.
Estas y muchas otras cosas ocurren todos los días en el Metro…aunque usted no lo crea.