Por Ricardo Burgos Orozco…
A Sandalio Sainz de la Maza lo conocí hace ya varios años en la Vuelta Ciclista del Pacífico, cuando cubría deportes. Era directivo en lo que en aquel entonces era el CREA o Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud; desde aquel entonces lo vi esporádicamente, pero siempre pensé que era de esos raros especímenes de la vida pública del país: honesto, trabajador y responsable; una aguja en un pajar.
Sandalio laboró en el Sistema de Transporte Colectivo Metro en la administración anterior; fue responsable del proyecto de las estaciones emblemáticas o temáticas que todavía existen.
Hace varios meses cuando platicamos sobre el tema me dijo que el objetivo del proyecto de las estaciones fue hacerlas como una especie de museo de sitio y tener un Metro más humano, solidario y participativo, que la gente no sólo llegara a sufrir con los empujones y apretones, sino disfrutara con el entorno de un espacio especial.
Me dijo que, por ejemplo, para montar la exposición permanente dedicada a los autores y compositores de México en la estación División del Norte, de la Línea 3, tuvo que conseguir unas 380 fotos de personajes vivos y muertos y no fue una tarea fácil. Lo mismo ocurrió con los materiales de las otras 11 terminales temáticas y fue sin costo para el Sistema de Transporte Colectivo.
Lamentó mucho cuando le comenté que la estación Universidad, de la Línea 3, ya no era una estación emblemática porque habían quitado la muestra de los premios Nobel que él mismo Sandalio ideó en su momento y en Velódromo (dedicada al ciclismo), de la Línea 9, no funciona su mayor atractivo: un simulador de bicicleta.
Sandalio, profesor de educación física, fue diputado federal y director de Promoción Deportiva del entonces Departamento del Distrito Federal. Él organizó en 1983 el primer Maratón Internacional de la Ciudad de México, actualmente uno de los principales en América Latina y el noveno a nivel mundial.
Vivió en la alcaldía de Tlalpan más de 30 años. Fue un promotor incansable para beneficio de su comunidad, sobre todo con gente de escasos recursos económicos; en los últimos meses distribuía personalmente despensas, cobijas, artículos de limpieza y de prevención contra el Covid 19: gel, cubrebocas y caretas. Apoyaba con su propio dinero porque desde hace tiempo tenía sólo un cargo honorífico en la Confederación Deportiva Mexicana.
Una de sus aspiraciones era ser candidato a la alcaldía de Tlalpan, pero la política veleidosa se lo impidió pese a que tenía todos los merecimientos. Dejó pendiente el proyecto de realizar una jornada ciclista familiar ahí mismo en su localidad; se iba a realizar en abril de 2020, pero el coronavirus lo impidió.
Sandalio Sainz de la Maza falleció el pasado lunes 22 de marzo. El Covid 19 le ganó la batalla.