Por Ricardo Burgos Orozco…
Eran alrededor de las 8 de la mañana cuando caminaba por los corredores de la terminal Pantitlán del Metro hacia la estación La Paz, de la Línea A. De pronto me paré en seco porque me llamó la atención cuando un grupo de seis usuarios se subía al elevador reservado para personas con discapacidad, adultos mayores, embarazadas o con alguna lesión.
Sólo dos personas que se subieron los observé con la condición de adultos mayores, pero los demás no, entre ellos una niña, un hombre, una mujer y se veían muy fuertes como para requerir del uso del ascensor.
Sin comentar lo que acababa de ver, le pregunté a un vigilante de la terminal con respecto al uso y el abuso de la gente con los elevadores. Me dijo que sucede muy seguido que las personas que no lo necesitan lo utilicen por comodidad; cuando los policías se dan cuenta les llaman la atención, incluso hay multas contempladas en el reglamento del Metro.
Después investigué que el reglamento de la Ley de Movilidad de la Ciudad de México prevé una multa hasta de 2 mil 568.50 pesos por utilizar indebidamente las instalaciones exclusivas como los elevadores y las zonas reservadas para mujeres y niños menores de 12 años de edad. Me imaginé a un usuario teniendo que desembolsar esa cantidad sólo por flojera y el problema mayor es que a los infractores los conducen al juez cívico y se pasan horas mientras se decide su situación.
El policía con quien platiqué me comentó hay ocasiones que los vagoneros o vendedores ambulantes también hacen uso de los elevadores cuando no son observados por los vigilantes para evitar usar las escaleras con su mercancía.
En la administración anterior había 103 elevadores en distintas estaciones del Metro, pero actualmente hay 76. Según las autoridades, ahora existen menos aparatos dando servicio porque algunos se dieron de baja debido a que presentaban problemas de ingeniería.
La señora Sonia, de unos 60 años de edad, a quien me encontré en la estación Insurgentes, me dijo que ella tiene una hernia discal y difícilmente puede subir y bajar escaleras por lo que el elevador es de mucha utilidad. Sonia trabaja en una fotocopiadora en la calle de Jalapa, vive cerca de la estación del Metro Moctezuma de la misma Línea 1, la cual también tiene elevador, y viaja todos los días con la comodidad de no utilizar escalones.
Un aspecto que los adultos mayores y personas con discapacidad o dificultades de movimiento deben tomar en cuenta, es que para abordar los elevadores del Sistema de Transporte Colectivo es necesario obtener una tarjeta de acceso. La solicitud y la expedición se hace en las oficinas del Metro en Balderas número 58. Algunas personas me dicen que el trámite es engorroso, pero vale la pena si en verdad requieren del servicio.
Mucha gente que usa el Metro y no requiere del elevador, debe tomar conciencia y permitir que lo utilice quien de verdad lo necesita. México está en una época de cambio y el respeto debe generalizarse como una forma de vida común entre nosotros.